Hace unos años, prácticamente todas las fincas y posesiones de
Mallorca tenían un buen pastor, el conocido como ca de bestiar. Lo
más curioso es que los perros, además de tener en común las
características propias de su raza, coincidían en el nombre: casi
todos se llamaban Negro. Hoy, el uso del ca de bestiar en una
tradición tan típica mallorquina como es el manejo de las ovejas,
ha caído en el olvido y esta raza va camino de convertirse en
animal exclusivamente de compañía.
Para evitar que esto suceda y reactivar la tradición del ca de
bestiar en la vigilancia del ganado, la Conselleria d'Agricultura,
el Ajuntament de Felanitx y la finca de Son Mesquida celebraron
ayer la primera demostración de habilidad del ca de bestiar en el
manejo de las ovejas. La experiencia fue a todas luces positiva si
se tienen en cuenta la gran afluencia tanto de público como de
pastores de varias localidades.
Miquel Adrover, de Son Negre; Sebastià Adrover, de Son Macià;
Antoni Riera, de Manacor; Joan Sureda, de Portocristo; Antoni
Ballester, de Son Mesquida; Biel Martorell, de Campanet; Llorenç
Taberner, de Son Negre y Arnau Ferrer, de Petra, demostraron sus
dotes de mando a tenor del aprendizaje de sus perros y de las
reacciones de las ovejas. En un tiempo récord, los pastores
hicieron pasar una manada de 23 ovejas a través de un portell y
después las hicieron quedar quietas en un círculo pintado en el
suelo.
El conseller de Agricultura, Mateu Morro, quien asistió a la
demostración, hizo hincapié en que la tradición del ca de bestiar
no debe caer en el olvido y manifestó que «hay que luchar para que
esta actividad tan antigua pueda pervivir durante muchos años en
Mallorca». Por parte de la corporación municipal asistieron el
alcalde de felanitx, Miquel Riera, y el teniente de alcalde, Miquel
Julià.
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