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La inmigración es un fenómeno creciente en Inca. En los tres últimos años, desde 1998, el padrón de la ciudad ha pasado de registrar 300 inmigrantes a cerca de 1.500, aunque se calcula que puede haber otros 500 sin empadronar. No obstante, «las instituciones en general y el Ajuntament de la ciudad en particular no se preocupan en favorecer la convivencia» entre inquers e inmigrantes, manifestaron ayer los representantes de la recientemente creada Plataforma por la Convivencia de Inca.

Integrada por asociaciones de inmigrantes magrebíes, senegaleses y ecuatorianos y diversos colectivos de la Isla, esta nueva plataforma se ha marcado como objetivos protestar por el hecho de que «el Ajuntament no muestre una preocupación clara respecto a la inmigración». Los miembros e la plataforma también rechazan la Ley de Extranjería aprobada recientemente por el Gobierno central que, mantienen, «niega a los inmigrantes los derechos más básicos a la sanidad, educación, etc.».

«La inmigración es un fenómeno creciente en Inca y que cada vez registra más problemas en la ciudad. Debe de quedar claro que estos problemas no se deben a los inmigrantes sino a la falta de una política a favor de su integración», dijo uno de los portavoces de la plataforma recién creada, David Abril. Ante esta falta de iniciativa municipal, el colectivo de inmigrantes se ha marcado el reto de buscar marcos de convivencia en los que se fomente la relación entre la gente de Inca y los recién llegados.

En este sentido, ya se ha convocado para el próximo día 31 de marzo una «Mani Festa». La plaza de Santa Maria la Major acogerá varios actos en los que participarán gentes de diversas identidades culturales. «La clave está en el respeto de las diferencias», coincidieron en afirmar los representantes de las diversas asociaciones que forman la plataforma. «Se trata de convivir, no sólo de coexistir», mantienen.