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Los vecinos de Can Picafort cuyos comercios y viviendas lindan con la carretera de Artà han recogido cincuenta firmas de protesta por las obras de ajardinamiento que realiza la Conselleria d'Obres Públiques en este tramo urbano. El Govern está construyendo un bordillo que separa la carretera de los dos viales laterales que la rodean, de manera que para acceder a estas calles los vecinos tienen que desviarse hasta la carretera de Santa Margalida para entrar en Can Picafort a través de la rotonda de Muro.

Técnicos de la Conselleria d'Obres Públiques se reunieron ayer con el delegado de Can Picafort, Félix Estelrich, para buscar una solución al problema. Al término de la reunión, Estelrich explicó que «finalmente se hará un acceso a través de la rotonda y se estudiará cualquier otra propuesta que venga de los vecinos».

Por su parte, los vecinos afirman haber trasladado el problema al Ajuntament y la Conselleria pero «los dos se lavan las manos». Los afectados se quejan además de la «mala señalización» de estas obras y denuncian que «hace sólo tres días un motorista se coló en el interior de las acequias».

Además, la construcción del bordillo paralelo a la carretera de Artà impide a los bomberos acceder directamente a la misma a través de la calle Conillera. Hasta ahora, esta era una ruta de urgencia a pesar de que había que saltar una línea continua pero la construcción del bordillo cierra definitivamente esta salida a los vehículos de urgencia. Los vecinos proponen que se cree un nuevo acceso a través de la calle Dragonera.