Peligra la creación del jardín medicinal Ramon Llull en Selva por la falta de fondos

Carlos Amengual, un médico residente en Selva, es el actual propietario del suelo. El 15 de febrero del año 1999 compró una finca urbana ubicada junto a la escuela y el hogar de ancianos para evitar su construcción y habilitar en el lugar un jardín medicinal plagado de especies autóctonas. Los terrenos están calificados en la normativa urbanística como edificables intensivos, lo que significa que se puede construir en ellos bloques de viviendas de hasta tres alturas. Carlos Amengual hace frente en estos momentos a una fuerte hipoteca a treinta años, un gasto que, afirma, no podrá seguir soportando mucho más tiempo.

La idea de la Fundació consiste en conseguir la colaboración de 45.000 personas que aporten 1.000 pesetas cada una para comprar a Amengual los terrenos por el mismo precio que él abonó. Este planteamiento no ha obtenido, sin embargo, el éxito esperado. Desde que se constituyera la fundación el 19 de julio de 1999 sólo ha podido reunir 1'7 millones de pesetas. Para más inri, durante los últimos meses no se han inscrito nuevos socios.

Por el pueblo comienzan a circular rumores de que la fundación ha renunciado a construir el jardín y ha decidido donar el dinero recaudado al jardín botánico de Sóller, pero la noticia está muy lejos de la realidad. Carlos Amengual explica que «aún no nos hemos rendido. Todavía hay esperanza, quedan dos meses para reunir el dinero». La asamblea de la fundación, reunida en junio de 2000, decidió dar de plazo para conseguir el dinero hasta el 15 de febrero de 2001 antes de replantear el proyecto.