El alcalde de Sóller, Joan Arbona, aseguró ayer que el chalet de
Can Dulce en el Port, cumplirá los fines estrictamente
especificados en el acta de donación de este edificio. Según el
batle, existe la voluntad política de que este inmueble siga
presentando un servicio social para los ancianos ingresados en el
hospital o en la futura residencia que quiere construir y explotar
el Colegio de Huérfanos Ferroviarios (CHF) en el solar municipal de
sa Calatrava, en Sóller.
El chalet de Can Dulce fue cedido a principios de los años 80
por Antoni Rullan Bauzà con la condición de que fuera usado por los
ancianos de Sóller durante un plazo mínimo de 20 años. Ante la
posible inclusión de este edificio en el convenio con el CHF, el ex
dueño de Can Dulce expresó su voluntad de que esta casa siguiera
prestando una labor social.
Según el alcalde, este edificio del Port podría funcionar como
un anexo de la residencia, con una serie de plazas para internos.
Una parte podría estar reservada para los familiares que quisieran
visitar a sus parientes. Joan Arbona expresó su voluntad de que la
firma entre el Ajuntament y el CHF tenga lugar en breve y que las
obras puedan comenzar antes de que concluya este año.
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