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Un importante grupo de comerciantes de Calvià se plantea iniciar una rebelión fiscal como medida de protesta ante el Consistorio por lo que este sector considera una grave competencia desleal. La citada rebelión fiscal consistiría en depositar en una cuenta los impuestos municipales a la espera de que la Administración solvente las reivindicaciones de los empresarios.

Luis Marín, presidente de la Federación Balear de Comercios y Servicios Turísticos (Fetur), ha denunciado que no hay ningún control municipal sobre los «teóricos» mercadillos artesanales de Peguera, junto a la playa de Torà; Santa Ponça, en Ramon de Montcada; y Palmanova, en Duque de Extremera. Estos recintos fueron creados por el Ajuntament con el fin de erradicar la venta ambulante y tener concentrado a los vendedores.

Marín ha especificado que la práctica totalidad de los puestos de venta son «artesanía africana que se puede encontrar en las tiendas de souvenirs, por lo que no es un mercadillo de artesanía mallorquina. Es una competencia desleal y directa por falta de control municipal». En cambio, Fetur considera correctos los puestos de realización de trenzas, caricaturas o tatuajes. Los comerciantes también se quejan de que en el mercadillo de objetos de segunda mano de Magaluf hay algunos vendedores de productos aún con etiqueta con el beneplácito del Ajuntament.