Los taxistas creen que el cambio de ubicación de la parada de la
plaza Llibertat a un lateral de Gran Vía Colon les ha perjudicado.
La parada de taxis de la plaza Llibertat fue desmantelada cuando,
hace unos meses, se iniciaron las obras de peatonalización y
reforma de la zona sa Quartera.
Entonces el Ajuntament trasladó provisionalmente la parada a un
lateral de Gran Vía Colon, justo enfrente de la plaza Llibertat.
«El problema es que normalmente los coches no respetan la
señalización y aparcan en la parada, lo que nos obliga a llamar a
la policía para poder estacionar», mantiene el portavoz taxistas de
Inca, Pedro Sánchez, que considera que el cambio les ha perjudicado
porque la nueva parada «no está acondicionada y pasa
desapercibida».
«Queremos que el Consistorio nos deje volver a la parada de la
plaza Llibertat en cuanto finalicen las obras», añade Sánchez. El
Ajuntament se ha comprometido a decidir junto con los taxistas el
emplazamiento más apropiado para la ubicación de la parada, en
cuanto finalicen las obras.
A pesar que la plaza Llibertat se cerrará al tráfico tras las
obras, el Consistorio no descarta ubicar la parada de taxis allí
«siempre y cuando el número de taxis estacionado en el lugar no sea
excesivo». Actualmente, los taxistas disponen de dos paradas en la
ciudad de Inca: una en la Gran Vía Colon y otra junto a la estación
del tren y la parada de autobuses.
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