El acuerdo económico alcanzado la tarde del jueves entre el Govern
de les Illes y el Consell de Mallorca para transferir las
competencias en materia de carreteras no logró convencer a los 300
manifestantes de Pollença que paralizaron ayer el tráfico del Moll
para reivindicar la construcción de la primera fase de la ronda de
circunvalación, que permitirá descongestionar el tráfico que se
dirige desde Pollença a Formentor y que ahora debe atravesar
necesariamente el Port. Una marcha encabezada por miembros de los
seis partidos con representación en Pollença y los presidentes de
las asociaciones vecinales, hotelera, de comerciantes y pescadores,
entre otros, recorrieron durante más de una hora las calles del
Moll en una marcha pacífica bajo el lema «Volem la via de
circumval·lació del Moll, ara!».
Los manifestantes reclaman una partida económica que garantice
la construcción de la primera fase de la variante. Esta es la
primera vez que todos los partidos políticos y asociaciones de
Pollença y el Moll se ponen de acuerdo para exigir algo que
consideran como una necesidad primaria. Pepote Ballester, campeón
olímpico y residente en el Port, leyó un manifiesto reivindicando
esta obra. El tráfico en el Moll de Pollença es casi impracticable,
especialmente durante la temporada alta. La primera línea marítima
es básicamente la única vía que conecta actualmente Pollença y el
Port. Por ésta discurre, además, el tráfico procedente de la vecina
población de Alcúdia y el que se dirige hacia Formentor.
Hace más de treinta años que se habla de construir una variante
en Pollença. En diferentes ocasiones este proyecto ha salido a la
luz, creando grandes expectativas entre la población que lo
considera una actuación prioritaria. Apenas unos meses después de
que el Pacto de Progreso tomara las riendas de la Comunitat
Autònoma, el conseller de Obres Públiques, Josep Antoni Ferrer,
visitó Pollença y prometió que las obras de la primera fase
comenzarían en septiembre de 2001. Los pollencins sospechan que
habrá un nuevo retraso y han decidido no seguir esperando.
La próxima transferencia de las competencias de carreteras desde
el Govern balear hasta el CIM ha levantado la alarma entre los
vecinos que temen que el CIM no quiera hacerse cargo de un proyecto
que responde a una promesa del Govern balear y que precisa una
inversión de más de 700 millones. Así, a pesar de que esta misma
semana se ha aprobado definitivamente el proyecto y el Govern
balear y el CIM han acordado la financiación económica, los vecinos
del Moll no darán marcha atrás hasta tener garantías de que se
construirá la ronda.
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