La pobreza afecta a las grandes ciudades aunque sean de las más
prósperas. Un ejemplo claro es Manacor, donde se ha detectado un
número considerable de personas con apenas medios y sin un hogar
que les dé cobijo. Ante esta necesidad social, el alcalde de
Manacor, Miquel Riera (ALM-UM), a propuesta del delegado de
Servicios Sociales, Miquel Vives (PSM), ha firmado un decreto,
según el cual el Ajuntament aportará la cantidad de tres millones
de pesetas anuales a la Fundació Trobada.
Esta cantidad de dinero servirá para ofrecer alojamiento
temporal a transeúntes dentro del ejercicio de 2001, 2002 y 2003.
La Fundació Trobada, por su parte, aporta el edificio que sirve de
albergue. El convenio de colaboración finalizará el 31 de diciembre
de 2003. El convenio establece que seis de las 18 plazas de
alojamiento disponibles están reservadas, de forma preferente, para
personas inmigrantes.
Según Miquel Vives, «la mayor parte de los inmigrantes que
utiliza este servicio de alojamiento temporal de urgencia es de
procedencia magrebí». Este colectivo es muy sensible en cuanto a la
hospitalidad a miembros de su comunidad. Por este motivo, «la
rotación de las seis plazas es muy alta, lo que supone un
importante rendimiento de estos espacios», comenta el delegado de
Servicios Sociales. La estancia media de los inmigrantes en el
albergue es de tres o cuatro días.
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