Uno de los actos de ayer que dieron fin a la Festa des Vermar de Binissalem. Foto: P.B.

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El Concurs de Raïms y la ofrenda del most novell a la Mare de Déu de Robines puso ayer punto y final a dos semanas de fiestas en Binissalem. La XXXVII edición de la Festa des Vermar ha estado marcada por la buena cosecha. De hecho, la producción de uva Denominación de Origen Binissalem ha alcanzado este año un récord histórico con la producción de 2.000.000 de kilos de uva. La temporada pasada, la producción fue de 1.700.000 kilos. El aumento de viticultores ha sido determinante. Se contabilizan 146, 16 más que el año pasado, que poseen 467 hectáreas de viñas.

Los actos de ayer comenzaron con una misa solemne, en la que los binissalemers tuvieron un emotivo recuerdo para las víctimas de los atentados terroristas de Estados Unidos con la ofrenda a la Virgen de un lazo blanco.

Tras el acto religioso, que congregó a decenas de vecinos del municipio, se inició el Concurs de Raïms, que comenzó a celebrarse en 1973 y, aunque costó ponerlo en marcha, ahora sería impensable no incluirlo en el programa de la Festa des Vermar. Tras un error inicial en el pesaje de los racimos, se procedió al fallo de los galardonados. El premio local recayó sobre Joan Reus Grau, que presentó un racimo de 4'400 kilos. Francisco Manuel Fernández García, de s'Hort de Cas Metge de Consell, logró el primer premio local con un racimo de 3'400 kilos. Ramón García Valle, también de s'Hort de Cas Metge, consiguió el segundo premio comarcal con un racimo que pesó 3'300 kilos.

La ofrenda del most novell a la Mare de Déu de Robines fue uno de los actos más entrañables de la jornada.