Maria de la Salut celebró ayer la novena edición de la Fira de
Segona Mà, popularmente conocida como «el baratillo del Pla». Miles
de personas visitaron la localidad en cuyas calles era posible
encontrar objetos salidos del mercado hace años.
Los puestos de antigüedades, en los que podía encontrarse desde
muebles a libros pasando por juguetes, maquinaria o incluso
electrodomésticos, fueron los protagonistas de una jornada en la
que se abren, en plena calle, baúles llenos de recuerdos.
Pero además del peculiar baratillo las calles de Maria acogieron
la celebración, por segundo año consecutivo, de una sección, que
bajo el nombre «Fet a Maria», reunió muestras de todos aquellos
productos elaborados o pertenecientes a empresas de la
localidad.
La jornada de feria contó también de una muestra de productos
artesanos, en la que se ofertaba a los visitantes desde objetos de
decoración a alimentos, pasando por joyas o juegos.
«Me gusta este baratillo, en él se puede encontrar de todo»,
afirmaba un vecino de Sineu, que no se ha perdido ninguna edición
de la feria. A pocos metros, una mujer trataba de adquirir para sus
hijas un juguete de los de su época, mientras un señor hacía lo que
ya sólo puede hacerse en determinadas ferias de la Isla:
regatear.
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