La presión y constancia por parte de un colectivo de 25 vecinos de
Montuïri ha dado lugar a la paralización del uso de explosivos en
la cantera de es Coll de sa Grava, ubicada al pie del emblemático
Puig de Sant Miquel.
Los vecinos se habían quejado en diversas ocasiones porque las
explosiones producidas desde la cantera provocaban serios daños en
la infraestructura de sus viviendas, además de las molestias
causadas por los temblores y ruidos.
La cantera se encuentra muy cerca de algunas viviendas y las
detonaciones afectan a un radio de entre dos y tres kilómetros.
Desde hace un mes, los vecinos de la zona respiran tranquilos al
quedar paralizada esta actividad como resultado de la
desestimación, por parte de la Conselleria d'Interior, del recurso
que había interpuesto la empresa Cantera Gravillas San Miquel SA,
al pretender obtener de forma directa y automática la licencia de
actividad peligrosa. La empresa se basaba en un supuesto error de
dicha Conselleria que en 1987 le otorgó sólo la licencia de
«actividad molesta».
El 10 de octubre, Interior emitió una resolución por la que
desestima en su totalidad el recurso de la cantera, no pudiendo
utilizar explosivos en su actividad extractiva.
Francisco Segura, portavoz del grupo vecinal, asegura que «la
empresa, a pesar de haber sido notificada de la prohibición de
explosivos por el Ajuntament, hizo caso omiso y fue necesaria la
intervención de la Guardia Civil para que dejaran de hacer
detonaciones en la cantera.
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