El propietario de un chalet ilegal construido en suelo rústico se
ha visto obligado por el Ajuntament a demoler la construcción. Esta
es la primera vez que se ejecuta en el municipio una orden de
demolición dictaminada por el Consistorio. El derribo del edificio
se ha llevado a cabo de forma voluntaria por parte del actual
propietario de la finca después de llegar a un acuerdo con los
responsables municipales. Esta persona ha adquirido recientemente
la parcela.
El origen de la infracción se remonta al año 95 cuando el
Ajuntament concedió una licencia al anterior propietario para
edificar una caseta de aperos. El alcalde Mateu Crespí explica que
la caseta se convirtió en una casa que se excedia en metros
edificados en relación con el tamaño de la parcela. Además, la
construcción no respetaba la normativa estética municipal.
El Ajuntament abrió el pertinente expediente disciplinar que se
resolvió con una orden de demolición y una sanción económica de 3
millones de pesetas. Durante años el consistorio ha intentado hacer
efectivo esta demolición sin ningún éxito y tampoco no ha podido
cobrar la multa. Con el traspaso de la propiedad, la situación ha
cambiado y se ha derruido la casa a cambio de que se mantenga la
licencia para la caseta de aperos.
Crespí ha indicado que la tramitación de la sanción económica
continúa su curso legal. El alcalde nacionalista ha destacado que
esta actuación refuerza la línea municipal marcada los últimos años
para hacer respetar la legalidad en materia urbanística.
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