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TOMEU OBRADOR El famoso tenista Boris Becker ha emprendido acciones judiciales contra una serie de asesores por el mal asesoramiento en la construcción de la polémica mansión que promueve en la finca de Son Coll. Los asesores no tuvieron en cuenta la normativa urbanística y, finalmente, se construyó más de lo previsto. El alemán tiene la intención de legalizar la edificación, y está preparando la demolición de todo el volumen de hormigón que incumple las normas urbanísticas. En este sentido, tiene plazo hasta finales de enero para registrar en el Ajuntament d'Artà el proyecto de derribo.

Según fuentes municipales, en la actualidad tiene construidos unos 989 metros cuadrados, y para legalizar la obra tendría que demoler un mínimo de 489. Otorgar y justificar el uso agrícola con el objetivo de pretender reducir el número de metros cuadrados a demoler es, en opinión generalizada, una utopía. El tenista pagaría las multas pertinentes y, así, no supondría una excepción en el cumplimiento de la normativa. Ayer, el alcalde, Montserrat Santandreu (IA), aseguró que «el Ajuntament será inflexible. Está en sus manos (en alusión a Becker) legalizarlo. Actualmente incumple las normas, cuando éstas han de ser respetadas por todos los ciudadanos».

Por su parte, el portavoz de EU-Els Verds, Julen Adrián, manifestó: «El tiempo nos ha dado la razón. Fuimos los primeros que nos expresamos con rotundidad sobre el tema, ningún otro partido se posicionó como hicimos nosotros en pleno». Apol·lònia Genovard, de UM, declaró a Ultima Hora : «Considero que no debería derribarse la edificación. La obra, según tengo entendido, es legalizable». Mientras Jaume Sureda, del PP, apuntó: «Todos los ciudadanos deben cumplir las leyes».