El famoso tenista Boris Becker ha emprendido acciones judiciales
contra una serie de asesores por el mal asesoramiento en la
construcción de la polémica mansión que promueve en la finca de Son
Coll. Los asesores no tuvieron en cuenta la normativa urbanística
y, finalmente, se construyó más de lo previsto. El alemán tiene la
intención de legalizar la edificación, y está preparando la
demolición de todo el volumen de hormigón que incumple las normas
urbanísticas. En este sentido, tiene plazo hasta finales de enero
para registrar en el Ajuntament d'Artà el proyecto de derribo.
Según fuentes municipales, en la actualidad tiene construidos
unos 989 metros cuadrados, y para legalizar la obra tendría que
demoler un mínimo de 489. Otorgar y justificar el uso agrícola con
el objetivo de pretender reducir el número de metros cuadrados a
demoler es, en opinión generalizada, una utopía. El tenista pagaría
las multas pertinentes y, así, no supondría una excepción en el
cumplimiento de la normativa. Ayer, el alcalde, Montserrat
Santandreu (IA), aseguró que «el Ajuntament será inflexible. Está
en sus manos (en alusión a Becker) legalizarlo. Actualmente
incumple las normas, cuando éstas han de ser respetadas por todos
los ciudadanos».
Por su parte, el portavoz de EU-Els Verds, Julen Adrián,
manifestó: «El tiempo nos ha dado la razón. Fuimos los primeros que
nos expresamos con rotundidad sobre el tema, ningún otro partido se
posicionó como hicimos nosotros en pleno». Apol·lònia Genovard, de
UM, declaró a Ultima Hora : «Considero que no
debería derribarse la edificación. La obra, según tengo entendido,
es legalizable». Mientras Jaume Sureda, del PP, apuntó: «Todos los
ciudadanos deben cumplir las leyes».
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