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LOLA OLMO La cooperativa de Pollença abrirá en junio un nuevo plazo para los ganaderos que quieran adherirse al proyecto de comercializar corderos de calidad. Se trata de una iniciativa que pusieron en marcha, hace tres años, payeses y gestores de la cooperativa pollencina, con el respaldo de la Conselleria d'Agricultura. Como explican Martí Solivellas y Francisco Úbeda, presidente y gerente de la cooperativa, las bases de este proyecto son «potenciar un producto de calidad, como son los corderos criados estrictamente con productos naturales -pastos y cereales-; además, es el mismo ganadero quien comercializa sus animales directamente con el restaurante y fija los precios».

La supresión de agentes intermediarios es lo que posibilita obtener un precio rentable para el ganadero y estable a lo largo del año, pues los precios se negocian una vez al año. Por su parte, los restauradores acogidos a este proyecto tienen garantizada una carne de gran calidad que no depende de las fluctuaciones del mercado en cuanto a género y precio; por ello, la campaña está enfocada básicamente a restaurantes de categoría, ocho en la actualidad.

En estos momentos, hay 12 ganaderos acogidos a la iniciativa, el doble de los que se sumaron inicialmente. Junto a ellos, los técnicos de la Conselleria se encargan de estudiar la alimentación, peso y salud de los corderos, de los cuales se realiza un seguimiento desde su nacimiento.

Existen tres categorías para su clasificación. Lechal, con un peso de 10-12 kilos en vivo (5-6'5 kg. canal) y una edad no superior a los 40 días. El cordero mediano pesa entre 18-20 kg vivo (9-10 kg. canal) y una edad de máximo 70 días. Y el grande, con un peso máximo de 24 kg. (10-12'5 kg. canal) y de máximo 95 días. En 2001 se lograron unos precios satisfactorios, de 1.450 pesetas el kilo de canal para el lechal; 1.100 ptas. para el mediano y 950 pesetas para el grande.