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TOMEU GARCIES La construcción de la variante sur de Inca empezará a ser una realidad durante 2002, después de un retraso de más de un año y medio. A finales de este año, el Govern prevé el inicio de la ejecución de un complejo proyecto que tendrá un coste superior a los 24 millones de euros (4.000 millones de pesetas). Los técnicos de la Conselleria d'Obres Públiques casi han finalizado la redacción del proyecto que, en poco más de dos semanas, será enviado a Madrid para que el Ministerio de Fomento dé el visto bueno y autorice la correspondiente inversión prevista en el convenio suscrito entre ambas administraciones.

El Govern ya ha facilitado al Ajuntament d'Inca una copia informatizada de los planos con el fin de incluir el trazado de la variante en la futura revisión del Plan General de la ciudad. En los planos se detalla de forma pormenorizada todo el trazado de la nueva carretera que constituirá una auténtica prolongación de la autopista de Palma. Uno de los aspectos más destacados del proyecto es la resolución de los diferentes accesos a la ciudad. La propuesta técnica plantea un acceso directo con un paso elevado desde la actual rotonda de entrada a la ciudad.

El acceso mas voluminoso se construirá junto a la carretera de Sineu y servirá también para conectar el futuro hospital comarcal. En este punto el proyecto prevé levantar la autopista para salvar la vía del tren así como la carretera de Sineu. Se ubicará una gran rotonda desde donde se dará acceso al futuro hospital comarcal. En principio, se ha mantenido el criterio de no construir enlaces en los cruces con las carreteras de Sencelles y de Llubí. En ambos casos, se construirán pasos elevados para salvar la carretera, similares a los existentes en la autopista de Inca. La ronda morirá en las cuestas de Son Fuster con una gran rotonda a la altura de la carretera al Puig de Santa Magdalena. El Govern debe decidir si se desdobla la carretera desde este punto.