Próxima estación: Manacor. Esta esperada frase se podrá escuchar,
al fin, a partir de la próxima primavera de 2003 en el trayecto de
la línea ferroviaria de enlace de Inca con la capital del Llevant.
La reapertura y recuperación de la antigua línea hará posible unir
Manacor con Palma, a través de Petra, Sant Joan y Sineu, en unos 55
minutos, rehabilitando el histórico trazado ferroviario. El acto de
ayer fue muy emotivo. Tanto políticos como vecinos de las
diferentes comarcas afectadas "Raiguer, Pla y Llevant" calificaron
de «histórico» el inicio de las obras con la colocación simbólica
de la primera traviesa de la vía, por parte del president del
Govern balear, Francesc Antich. Acudieron alcaldes y regidores, así
como algunos colectivos defensores y reivindicativos del tren.
Acompañaron a Antich la presidenta del Consell de Mallorca,
Maria Antònia Munar; el vicepresidente, Pere Sampol; el conseller
d'Obres Públiques, Francesc Quetgles; el conseller de Treball,
Eberhard Grosske; el conseller de Presidència, Antoni Garcies; el
director general de Obres Públiques, Joaquín Rodríguez, y el
gerente de Serveis Ferroviaris, Antonio Santos. El alcalde de
Manacor, Miquel Riera, fue el anfitrión del acto celebrado en la
estación de la ciudad.
Todos los dirigentes apostaron rotundamente por el ferrocarril
como un medio de transporte que «portará el progreso a Mallorca
porque garantiza un crecimiento sostenible», manifestó Antich. En
este sentido, «hablar de transporte público es una garantía de
seguridad, pero también de preservación del medio ambiente, así
como de igualdad de oportunidades. El tren evita mucha
siniestralidad, y tenemos que intentar ganar terreno al transporte
privado», apuntó.
Las obras, con un coste de más de 26 millones de euros, se han
adjudicado a la UTE integrada por COMSA, Melchor Mascaró y Isolux
Wat. A este presupuesto, deben añadirse unos seis millones de euros
para la compra de traviesas y de carriles y otro millón y medio
para expropiaciones. En total, el coste aproximado sobrepasa los 31
millones de euros. La ejecución de las obras supone el
acondicionamiento de 30'2 kilómetros de vía moderna (Inca, 2'8
kilómetros; Sineu, 12'6; Petra, 9'7 y Manacor, 4'9), «adaptada a
las actuales características de la explotación ferroviaria, en
materia de seguridad, ruidos, vibraciones y de mantenimiento».
Se suprimen los 77 pasos a nivel existentes en el antiguo
trazado, que se sustituyen por 16 pasos superiores, uno de
inferior, dos pasos inferiores para peatones, cuatro pasos a nivel
en zonas urbanas consolidadas, dotados con sistemas electrónicos de
detección de trenes y semibarreras automáticas, y 6'5 kilómetros de
caminos laterales y conexiones. La anchura de la vía es de un metro
y el trazado tiene en cuenta los futuros crecimientos urbanísticos
de las poblaciones.
El Govern apoya el antiguo trazado
El conseller d'Obres Públiques, Francesc Quetgles, afirmó que la
solicitud del Ajuntament de Petra de desviar la línea de tren por
las afueras «no tiene sentido, es incómodo y no tiene lógica. Petra
se lo perderá». Quetgles añadió que «si se realizara por el antiguo
trazado se aprovecharía s'Estació y habría más calidad de vida para
los ciudadanos». El conseller informó de que el proyecto está ya
adjudicado pero que se contemplan las dos posibilidades.
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