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Las hectáreas de viña de la Denominación de Origen (DO) de Binissalem han aumentado un 50 por cien en sólo cuatro años. Este dato se corresponde con el buen momento que vive el vino mallorquín, con importantes apuestas empresariales por nuevos productos de una calidad ya reconocida. La DO de Binissalem cuenta actualmente con unas 470 hectáreas, mientras que la de es Pla y Llevant tiene 240. Hay que tener en cuenta que estos datos son los reales, ya que, si miramos las oficiales del censo de viñas, son muy superiores.

No obstante, frente a lo que parece una buena noticia, la expansión de la viña, el sector ya ha expresado su preocupación por un crecimiento que tiende a descontrolarse . A la DO de Binissalem, la revalorización de la viña ha incrementado considerablemente los valores de los terrenos y de los arrendamientos, lo que hace que los precios de las fincas susceptibles de transformarse en viñas nuevas o reconvertidas sean inaccesibles a las posibilidades económicas de los productores o viticultores. De momento, en la DO de es Pla y Llevant se registra un crecimiento moderado y razonable con nuevas plantaciones.

En general, el sector vitivinícola constata que en el resto de Mallorca se hacen nuevas plantaciones de viña y que hay más previstas. El descontrol es lo que más preocupa, ya que un crecimiento desmesurado puede tener efectos muy negativos, entre ellos la falta de mano de obra calificada por garantizar la calidad de todo este volumen de producción. De hecho, el mismo sector comprueba que el notable aumento de superficie de viña no se corresponde con un incremento de profesionales viticultores (no existe ninguna escuela de formación profesional especializada para esta actividad) y plantea a Conselleria d'Agricultura, dirigida por Mate Morro, un límite o una regulación de los nuevos derechos de plantación.

Hay que diferenciar dos sectores: los viticultores que venden el racimo y los cellers que tienen viña propia. En el primer grupo es donde se puede producir un desequilibrio entra la cantidad de racimo producido y la rentabilidad económica, por lo que se hace un llamamiento a la moderación.