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C. VENY/ J.M.S. «¿Un urinario público?, ¡No!, antes un lugar para pintar grafitis o un monumento inacabado». Frases como estas y otras por el estilo son las reacciones más habituales que expresan los vecinos de Manacor cuando transitan por la zona peatonal de la localidad y se detienen ante el monumento dedicado a uno de los manacorins más ilustres de la historia: el filólogo y escritor, Mossèn Antoni Maria Alcover.

Desde el pasado mes de noviembre en que se instaló en la plaza Ramon Llull el nuevo monumento dedicado a Alcover, ha recibido un alud de críticas. De hecho, el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Manacor, Antoni Oliver, ha exigido «la retirada inmediata del monumento del lugar donde está porque es en un rincón y es objeto de todo tipo de difamaciones». Oliver hace referencia al hecho de que el aspecto que ofrece el monumento es deplorable (aparte de la ya conocida falta ortográfica de la palabra Mossèn sin acento sobre la «e»). Además, los laterales de la escultura aparecen llenas de pintadas con imágenes fálicas incluidas.

Oliver ha explicado que «estamos dispuestos a depurar responsabilidades políticas en caso de que la escultura no se reubique en la plaza situada ante la fachada de la parroquia, el lugar donde debería estar según las bases del concurso». Los vecinos solicitarán tener voz en el grupo de trabajo que ha creado el Ajuntament para estudiar la mejor ubicación para la polémica escultura.