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El Partido Popular aprovechó el último pleno para sacar a la luz la relación de la alcaldesa, Rosa Vich (PSM), con unas supuestas irregularidades urbanísticas. Los populares pidieron, si existía licencia municipal otorgada para ampliar una casa situada en una parcela rústica propiedad de la familia de Vich. El portavoz popular, Antoni Cañellas, indicó que en la relación de licencias municipales desde el año 99 no constaba la obra. Además, explicó que para la misma casa se había dado otra licencia el pasado año. Esta obra consistía en reformar el tejado. El segundo permiso se había dado justo un día antes de que entrase en vigor la normativa que restringe la construcción en suelo rústico.

Cañellas calificó estos hechos como «demasiado casuales» y que se había decidido a denunciarlo después que el concejal de Urbanismo, Joan Serra, lo hubiera retado a denunciar cualquier ilegalidad. Por su parte, la alcaldesa Vich acusó a los populares de pretender abrir una caza de brujas. La alcaldesa afirma que todas las obras se han hecho con licencia pero que los expedientes proceden de tiempo atrás.

Vich precisó que la última licencia fue pedida al Ajuntament mucho antes de que entrase en vigor el cambio de normativa. También manifestó que si no fue aprobada antes fue por falta de quorum en la Comisión de Gobierno al no poder votar ella como afectada directa. Vich dice que no se ha visto favorecida sino perjudicada con las nuevas normas, ya que le permitían una ampliación de la casa que ahora no podrá ejecutar.