La compañía eléctrica GESA se muestra dispuesta a soterrar nuevas
líneas de alta tensión en Mallorca, pero condiciona los proyectos a
la participación financiera de las instituciones públicas y de la
iniciativa privada. El elevado coste de estas obras, entre 5 y 6
veces superior a una línea normal, lo hacen imprescindible. La
empresa pretende adoptar como modelo el convenio firmado en Alcúdia
y que hará posible la retirada de las dos líneas aéreas que
atraviesan el centro urbano del Port.
De los 2'32 millones de euros que cuestan las obras, 880.000 han
sido sufragados por hoteleros y empresarios, el Consell y el
Ajuntament. El resto del presupuesto ha sido asumido por GESA.
Precisamente ayer, los responsables municipales y de GESA
realizaron una visita acompañados de los empresarios que se han
involucrado en el proyecto. Las obras ya se encuentran muy
avanzadas y se espera que se pueda empezar a desmontar las torres
el próximo mes de abril.
El alcalde Miquel Ferrer destacó que uno de los hechos que han
facilitado la rapidez de las obras ha sido la posibilidad de
utilizar la zona de servitud de carreteras para soterrar el cable.
De esta manera, se ha evitado la expropiación de terrenos. Por otra
parte, el Ajuntament ya ha empezado a negociar con GESA la retirada
de las líneas de 15.000 voltios que atraviesan el yacimiento romano
de Pollentia.
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