Esta circunstancia se puso de manifiesto durante las jornadas de la
almendra que se han celebrado en el Centro Bit de Inca. La almendra
mallorquina tiene la desventaja de tener un tamaño muy reducido.
Por este motivo, suele destinarse a la elaboración de harinas y
derivados con un precio de venta muy bajo. De los problemas de
comercialización habló ayer Ignacio Sánchez, director de la empresa
Bajo Aragón Turolense.
Sánchez recomendó a los productores mallorquines que
diversifiquen la producción para mejorar la rentabilidad. Sánchez
apuesta por seleccionar las variedades de mayor calidad y
ofrecerlas por separado del resto. El gran problema del mercado
internacional viene marcado por el dominio que ejerce Estados
Unidos como primer productor mundial, con un 79% de la producción
total. El segundo productor es España, que acapará el 9% del
mercado, con una producción anual de 43.000 toneladas, pero que
ademas debe importar otras 40.000 de EEUU.
Después ya vienen otros países mediterráneos, como Italia o
Grecia. La solución a los problemas de la almendra mallorquina pasa
por eliminar la exportación y que el consumo interno absorba la
producción local. Así se evitaría depender del mercado
internacional y se podrían pagar unos precios más elevados. Para
ello hace falta crear un circuito interno de transformación y
comercialización y promover el consumo.
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