Un huerto cuyos naranjos ya han sido talados. Foto: M. VÁZQUEZ.

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El concejal de Interior, el socialista Jaume Colom, asegura que habilitar aparcamientos públicos en espacios ocupados hasta ahora por pequeños huertos de cítricos es el único sistema que hay para facilitar el estacionamiento de vehículos en el centro de la ciudad. En otros casos, lo que persigue la Administración local es evitar la entrada de coches de visitantes hasta el mismo centro, creando una red de aparcamientos en la periferia urbana. En casi todos los casos previstos, la construcción de estos párkings conlleva la destrucción de centenares de árboles, sobre todo naranjos y limoneros. En algunos caos se trata de marjades que llevan años abandonadas por sus propietarios, pero que todavía contribuyen a caracterizar el paisaje del valle.

Desde hace unos días, una brigada municipal ha comenzado a trabajar en la tala de los cítricos de un huerto del barrio de Estiradors-es Celler, con el objetivo de habilitar un estacionamiento. Se trata de una finca de 2.000 metros cuadrados que será convertido en un párking con capacidad para unos 60 vehículos. Este espacio colindante con el camino del Torrentó de Can Creueta fue adquirido recientemente por el Ajuntament. El propio Jaume Colom ha informado a este periódico que este proyecto forma parte del plan municipal para dotar al municipio de plazas de estacionamiento público para descongestionar el centro, donde el aparcamiento está regulado por el sistema ORA.

Dentro de este plan, el Consell de Mallorca ha destinado 32.000 euros a la ampliación y acondicionamiento del párking de la calle Cetre. La desaparición de este huerto próximo a la plaza Estiradors ha causado un profundo malestar entre un sector importante del vecindario, que no ven con buenos ojos la destrucción de una zona verde. De hecho, en una reciente entrevista de una delegación vecinal con el concejal Colom se planteó que al menos se dejen en pie la mitad de los árboles. Los demás 16 aparcamientos previstos, algunos de ellos ya en funcionamiento, afectan a zonas colindantes con viales y caminos rodeados de naranjos. Algunos de estos huertos están situados en zonas que son las primeras en ser vistas por los visitantes cuando llegan a Sóller.