Las playas de Can Picafort y Muro será la primera vez que se regeneren. Foto: TOMEU GARCIES

TW
0

Demarcación de Costas de Balears sacará a exposición pública un nuevo estudio de evaluación de impacto ambiental para la extracción de arena de Cap Salines en el que rectifica la zona de explotación y reduce considerablemente la cantidad para la regeneración artificial de las playas dañadas por el temporal de noviembre. Fernando Garrido, jefe de este departamento dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, presentó ayer el estudio elaborado por el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (Imedea) y la Universidad de Valencia que propone cambiar el polígono de extracción y reducir la zona de explotación de 159 a 65 hectáreas.

Esta zona se encuentra a 200 metros de las praderas de posidonea y la extracción afectará a una franja de 20 a 30 centímetros, por lo que la incidencia será mínima y la recuperación inmediata, según los expertos. En total, la cantidad extraer disminuirá de 320.000 a 150.000 metros cúbicos de arena para la regeneración de las playas de Can Picafort, Muro y Cala Millor, zonas más afectadas por la pérdida de áridos. El yacimiento de Cap Salines tiene unos 20 millones de metros cúbicos.

Hasta ahora, Costas mantenía que no era necesaria la exposición pública de la evaluación de impacto ambiental, pero la insistencia del Govern ha motivado que se replantee la tramitación del proyecto. «El Govern ha puesto muchas trabas a la regeneración. Balears está a la cola de las comunidades mediterráneas en recuperar las playas dañadas por el temporal», aseguró Garrido, quien agregó querer evitar «polémicas estériles». El jefe de Costas garantizó que antes del verano las playas estarán regeneradas para afrontar la temporada turística y que se realizará como una obra de emergencia. Esta actuación tendrá un coste de 1.200.000 euros.

El GOB lamenta el uso del Imedea por parte del Gobierno
El GOB lamenta el empleo «perverso» de los estudios que realiza el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (Imedea) por parte del Ministerio de Medio Ambiente como argumento para regenerar playas artificialmente. Los ecologistas consideran que se utiliza este organismo «para justificar el actual sistema de gestión de playas, evidentemente insostenible, basado en la regeneración artificial». A juicio del GOB, los estudios del Imedea «no entran a diagnosticar las causas de la pérdida acelerada de arena en algunas zonas, que sin duda hay que comenzar a buscar en la mala gestión que hacen algunos ayuntamiento».