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CATERINA VENY/ J.M.S. Vivir sin corriente eléctrica en el año 2002 puede parecer extraño, pero más sorprendente es aún carecer de contador individual y de luz cuando el resto de viviendas de una misma calle sí tienen. Esta es la insólita situación en la que se encuentra desde hace más de dos años Joan Calafat, un vecino de Capdepera que se ha visto obligado a depender de la electricidad de la casa de su vecino. Calafat está tan indignado que se plantea abandonar su actual morada e irse a vivir a otro lugar.

«Vivo en la única casa que no tiene corriente eléctrica de toda la avenida Mediterrània de Cala Rajada. No paro de romper aparatos eléctricos porque contínuamente bajan los diferenciales», lamenta Calafat, quien amenaza con utilizar todas las vías posibles para «conseguir tener corriente como el resto de vecinos».

Joan Calafat ha reclamado a la compañía GESA la instalación y activación de un contador individual para conseguir el suministro, pero la compañía responde que «antes es necesario que el Ajuntament presente un proyecto de electrificación de la urbanización de tras de mi casa». No obstante, según este vecino, su vivienda no pertenece a la nueva urbanización, ya que «hace años que este solar forma parte de la avenida Mediterrània y, de hecho, nunca he tenido problemas de agua corriente o de red de saneamiento de la casa, el único servicio que me falta es la corriente eléctrica».

La falta de luz se hace aún más extraña si tenemos en cuenta que, tal y como recuerda Calafat, «cuando mis padres compraron el solar hace 10 años, tenían contador».