El patronato de la fundación del Castell d'Alaró decidió en una
reunión urgente celebrada ayer continuar con las polémicas obras
que realiza en el conjunto de la fortaleza. «Éstas no se
paralizarán si no hay una orden judicial que nos lo impida»,
explicó su presidente y teniente de alcalde, Joan Simonet Borràs.
Simonet recibió la autorización del resto de miembros del
patronato, integrado por el Ajuntament, el Consell de Mallorca y el
Obispado, para iniciar las acciones legales oportunas «para que sea
un juez quien delimite el perímetro de terreno que es propiedad de
la fundación».
Los edificios en los que se están realizando las obras y sobre
los que se centra la polémica con el propietario de la finca del
castillo, Llorenç Ordines, son los de sa Taverneta y s'Obra Nova.
Asimismo, la zona pública que la fundación considera que le
pertenece abarca unos 4.500 metros cuadrados en los que se
encuentran otras dependencias. El presidente de la fundación
considera que existen documentos escritos que certifican el uso
público continuado de estos espacios.
Es tanta la seguridad del patronato de la fundación sobre su
espacio de gestión en el castillo, que en la misma reunión de ayer
decidieron aprobar la elaboración de un anteproyecto para iniciar
una segunda fase de las obras en el santuario, también conocidocomo
Obra Vella. Así, se procederá a rehabilitar el oratorio, la
ampliación de la casa hospedería y la cocina y la adecuación de
otras estancias. La hospedería podrá llegar a albergar de esta
forma a 44 personas.
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