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LUIS PLANAS El patronato de la fundación del Castell d'Alaró decidió en una reunión urgente celebrada ayer continuar con las polémicas obras que realiza en el conjunto de la fortaleza. «Éstas no se paralizarán si no hay una orden judicial que nos lo impida», explicó su presidente y teniente de alcalde, Joan Simonet Borràs. Simonet recibió la autorización del resto de miembros del patronato, integrado por el Ajuntament, el Consell de Mallorca y el Obispado, para iniciar las acciones legales oportunas «para que sea un juez quien delimite el perímetro de terreno que es propiedad de la fundación».

Los edificios en los que se están realizando las obras y sobre los que se centra la polémica con el propietario de la finca del castillo, Llorenç Ordines, son los de sa Taverneta y s'Obra Nova. Asimismo, la zona pública que la fundación considera que le pertenece abarca unos 4.500 metros cuadrados en los que se encuentran otras dependencias. El presidente de la fundación considera que existen documentos escritos que certifican el uso público continuado de estos espacios.

Es tanta la seguridad del patronato de la fundación sobre su espacio de gestión en el castillo, que en la misma reunión de ayer decidieron aprobar la elaboración de un anteproyecto para iniciar una segunda fase de las obras en el santuario, también conocidocomo Obra Vella. Así, se procederá a rehabilitar el oratorio, la ampliación de la casa hospedería y la cocina y la adecuación de otras estancias. La hospedería podrá llegar a albergar de esta forma a 44 personas.