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La Dirección General de Costas, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, realizará en las próximas semanas un inventario de los amarres de Formentor para comprobar si los muertos han causado daños en las praderas de posidonia, tal y como denuncia el Ajuntament. El jefe de Demarcación de Costas de Balears, Fernando Garrido, ha explicado que «el sistema de regulación de fondeos que se ha aplicado no sólo no daña las praderas de posidonia sino que contribuye a su recuperación. Por ese motivo, cada año, antes y después de que comience su explotación realizaremos un inventario fotográfico de los muertos para comprobar los cambios que hay en la posidonia».

Garrido afirma estar sorprendido por la denuncia que desde el área de Medio Ambiente del Ajuntament de Pollença ha realizado el regidor Gabriel Cerdà, mostrando un vídeo submarino en el que puede apreciarse un «deficiente mantenimiento de las instalaciones». Garrido asegura que «el propio Ajuntament de Pollença está de acuerdo en que se regulen los amarres y, de hecho, ha solicitado una regulación de los mismos en la bahía de Pollença».

El jefe de Demarcación de Costas reconoce que el pliego de condiciones por el que le fue adjudicada el verano pasado la explotación de los amarres a Hisambla SA ponía como condición la retirada de toda la instalación una vez que hubiera finalizado el verano y que esta retirada no ha sido efectiva. Las cadenas y muertos continúan en el agua por recomendación de biólogos expertos. Eso es al menos lo que afirma Garrido que explica que «es mayor el daño ecológico que se puede hacer retirando los muertos que dejándolos donde están».

El Ajuntament coincide al señalar que es mejor no retirar los muertos pero ha denunciado que las boyas y cadenas continúan en el mar perjudicando el ecosistema. Garrido señala que «en todos los lugares en los que se ha hecho una regulación de fondeos se mantienen las cadenas y boyas durante todo el año sin que hasta el momento haya habido problemas». Costas ha confirmado que los muertos, cadenas y boyas sumergidas permanecen también todo el año en Cabrera, es Mercadal, Sant Lluís y es Castell.