El Ajuntament de Santa Margalida no cumplirá el pacto firmado con
el Ajuntament de Muro en 2001, por el que aceptaba la construcción
de una depuradora en Can Picafort. A cambio, el Ibasan costeaba
todos los gastos y se comprometía a emprender con carácter de
urgencia la canalización de las aguas depuradas desde la rotonda de
Capellans hacia ses Salines.
Ahora, un año después de concluir dichas obras, el delegado de
Can Picafort, Félix Estelrich, dice que firmó «bajo coacción» y ha
comunicado al Ibasan y al Ajuntament de Muro su renuncia a tener su
propia depuradora. Solicita a cambio la ampliación e instalación de
un sistema terciario en la depuradora de Muro, pero el Ajuntament
de Muro no quiere ni oir hablar de ampliación. El alcalde de Muro,
Miquel Ramis, presentará una moción al próximo pleno para instar al
Ibasan a que haga cumplir el convenio, «de lo contrario tendremos
que pensar en interponer un pleito».
El origen de la polémica se remonta al año 1989 cuando los
responsables municipales de Muro y Can Picafort acordaron
mancomunar la depuración de aguas construyendo una única depuradora
en Muro, en unos terrenos pagados por Can Picafort. Este acuerdo
inicial generó un enfrentamiento entre ambas poblaciones a medida
que fueron incrementándose las plazas hoteleras de Can Picafort y
la depuradora de Muro no pudo asumir todo el caudal.
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