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La Direcció General d'Obres Públiques i Transports ha informado desfavorablemente a la petición del Ferrocarril de Sóller de suprimir el servicio del tren de las ocho de la mañana a partir del 1 de junio. Este organismo exige a la empresa información complementaria que justifique esta medida, según indicaron ayer fuentes de la Conselleria d'Obres Públiques, Habitatge i Transports. El pasado 22, la compañía registraba en la Conselleria la petición de reducción de frecuencias. Argumentaba que «los pasajeros que utilizan estos servicios (Palma-Sóller y viceversa) han disminuido en número hasta estabilizarse en una media de cinco pasajeros/tren en los cuatro meses del presente año». Dada la baja ocupación, la empresa consideraba que «no se producía una desatención a los usuarios del servicio público regular».

Ferrocarril de Sóller criticaba en la solicitud que, a diferencia del servicio regular por carretera, no recibe subvención alguna de los organismos públicos: «A raíz de la apertura del túnel por carretera en febrero de 1997, el ferrocarril ha dejado de ser la única alternativa del transporte público y no ha recibido ningún tipo de compensación por la pérdida de los ingresos que ha supuesto el nuevo servicio de autocares».

El Govern, de momento, no se plantea intervenir el conflicto laboral que se ha desatado en la empresa en los últimos días. El comité de empresa ha solicitado a la Conselleria d'Obres Públiques el rescate de la concesión, pero no hay un pronunciamiento oficial sobre este tema. Antes de tomar cualquier decisión sería necesario, según indicaron las mismas fuentes, un estudio en profundidad del funcionamiento del emblemático ferrocarril.

Ferrocarril de Sóller tiene la concesión del tren desde 1912 y concluye en el año 2011. En los dos últimos años, el volumen de viajeros ha descendido. En 2001, 978.406 pasajeros utilizaron este servicio, 64.496 menos que el año anterior. Fue el peor balance de los últimos seis años. De hecho, en 1996, se superó por primera vez la barrera del millón de viajeros, pero en 2001 se rompió la tendencia. Aun así, los trabajadores mantienen que la empresa ha cerrado los últimos ejercicios con importantes beneficios. En el año 1999, éstos se elevaron a 600.000 euros (99 millones de pesetas); en el 2000, fueron 270.000 euros (45 millones de pesetas) y el año 2001 se iba a cerrar con unos 120.000 euros (20 millones de pesetas) de beneficios.