Unas 5.000 personas del mundo rural asistieron a la segunda fiesta. Foto: C. V.

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CATERINA VENY/ J.M.S. La segunda fiesta del mundo rural organizada por la asociación agraria Asaja Balears, que se celebró el pasado sábado, en Campos consiguió reunir a unas 5.000 personas del sector de las Illes Balears. Una fiesta marcada por el carácter lúdico y festivo más que reivindicativo o crítico, fue lo que dio de sí la multitudinaria concentración del mundo rural que atrajo a centenares de ganaderos, agricultores, pescadores y representantes de las diferentes cooperativas agrícolas de Mallorca, Menorca y Eivissa.

Este acto es «un homenaje a todas aquellas personas que conforman el extenso tejido social y económico del mundo rural balear que han sido capaces de salir adelante a pesar de las graves crisis que han azotado al sector primario en los últimos años», manifestó Tomàs Cortès, presidente de Asaja Balears, acompañado del secretario general de la organización, Biel Company.

Cortès, que dirigió un parlamento a la multitud reunida en la plaza de s'Estació de Campos, destacó los «cinco acontecimientos muy graves que hemos vivido: la sequía, la lengua azul, las vacas locas, los temporales y la ruina de la cosecha de la patata». «Una situación adversa que gracias al esfuerzo de todos, hemos conseguido desatascar», añadió el presidente de Asaja.

En la misma línea de discurso, Cortès animó a todos los asociados «a seguir trabajando para poner la semilla de una política agraria que permita mantener el patrimonio, el tejido social rural y la agricultura y la ganadería de las Islas». En referencia a si el conseller d'Agricultura del Govern balear, Mateu Morro, estaba o no invitado a la fiesta, Cortès evitó polemizar manifestando que «todo el mundo está invitado, a pesar de que el factor humano es esta noche el protagonista. Si el conseller Morro quiere venir, será bien recibido».

Asaja invitó a los asistentes a cenar bistecs de ternera asados y botifarrons, con pa amb oli. Los organizadores asaron unos 1.500 kilos de carne de ternera mallorquina y unos 4.000 de botifarrons. La velada fue amenizada con un concierto del cantautor vilafranquer Tomeu Penya y el grupo Géminis. Además, se realizó un sorteo de porcelles, ovejas y otros productos de la tierra.