Más de tres años después de que el Tribunal Supremo declarese nulas
las licencias de cuatro chalés de Llucalcari (Deià) y ordenase su
demolición, las viviendas siguen intactas y habitadas. No sólo eso,
han transcurrido 12 años desde que el Grup Balear d'Ornitologia i
Defensa de la Naturalesa (GOB) interpusiera el primer recurso
contra estos proyectos.
En noviembre de 1998, el Tribunal Supremo ratificó la sentencia
del Tribunal Superior de Justicia de las Illes Balears que
consideraba nulas las licencias otorgadas por el Ajuntament de Deià
para la construcción de cuatro chalets en el núcleo de Llucalcari.
El fallo judicial también instaba al derribo de las cuatro
viviendas.
Para frenar la ejecución de la sentencia, el Consistorio de Deià
presentó un incidente judicial en el que planteaba que el fallo no
era ejecutable ya que el Plan Especial de Protección redactado y
aprobado por la Corporación legalizaba los chalets. El Tribunal
Superior de Justicia desestimó la petición del Ajuntament de
paralizar la demolición, pero admitía un recurso de súplica en el
plazo de cinco días. Con el objetivo de agotar todas las vías
legales, el Consistorio presentó el recurso. Y aún no se ha
resulto, por lo que no se puede proceder al derribo de los
chalets.
No obstante, el GOB considera que, finalmente, los chalets
deberá demolerse. «No es que lo creamos, es que tiene que acabar en
derribo. La demolición será un hecho», indica Miquel Angel March,
quien mantiene que el proceso jucial se alarga porque «la justicia
aquí es muy garantista».
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