TW
0
JOSEP ROSSELLÓ/MICHEL'S
El paso subterráneo abierto ayer al tránsito de forma provisional bajo la rotonda del molino de Santa Ponça tiene como principal objetivo dar mayor fluidez al tránsito que circula por la carretera Palma-Port d'Andratx pero las obras, que proseguirán hasta entrado el mes de octubre, provocaron ayer por la tarde más embotellamientos.

La intersección de Santa Ponça, que soporta el paso diario de 40.000 vehículos, consta de una calzada de 700 metros de longitud que transcurre por debajo de la rotonda, que queda elevada con un diámetro de 70 metros. La calzada tiene dos carriles, uno en cada sentido, y se ha dejado la anchura suficiente para ser duplicada.

La obra realizada por las empresas Aglomsa, Agromán y Ferrovial tiene un presupuesto de cuatro millones de euros. Durante los tres próximos meses deberán realizarse las obras de acabado, consistentes en la aplicación de la última capa de rodadura, la construcción del ramal de enlace Calvià-Santa Ponça (los otros tres ya están listos), la instalación del alumbrado eléctrico y la jardinería.

El conseller d'Obres Públiques del Govern, Francesc Quetglas, anunció que dentro de un mes ya podrá ser presentado el anteproyecto del desdoblamiento de la carretera entre Palmanova y Peguera, que será ejecutado en dos fases: Palmanova-Santa Ponça y Santa Ponça-Peguera.