La espada del gegant Guillem Bassa, que fue robada la pasada
semana, ha vuelto a manos del histórico personaje. Una pareja de
jóvenes que no son de Alaró entregaron el arma de madera el pasado
martes por la noche a la Policía Local.
El alcalde, Josep Gomila, informó que los jóvenes dieron la
espada al policía que había de guardia indicando que la habían
encontrado tirada en un rincón. A pesar de todo, los dos jóvenes no
se quisieron identificar. El arma, de casi dos metros de largo,
volvió a ser colocada en su sitio, junto a la de su compañero
Cabrit, ayer por la mañana, por el alcalde Gomila
El batle ha atribuido este hecho a una travesura sin malicia, ya
que la espada en si no tiene ningún valor económico sino sólo
simbólico. Además reconoce que en la devolución de la espada ha
tenido mucho que ver el hecho que el robo haya trascendido a los
medios de comunicación. El gigante Bassa lucía ayer un cartel donde
agradecía la colaboración desinteresada y anónima que había hecho
posible que recuperase el arma.
Este no ha sido el único robo extraño que se ha detectado
durante las fiestas. También ha desaparecido una vaquilla de madera
que debía ir colocada encima de una de las carrozas que desfilarán
hoy por la tarde. Los jóvenes que confeccionaban esta carroza
alusiva a las fiestas de San Fermín colgaron carteles por todo el
pueblo denunciando la desaparición del animal. A la vez, y en plan
festivo, anunciaban en las pancartas una recompensa multimillonaria
para el que devuelva la vaca.
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