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E. BALLESTERO La Fira d'Alcúdia se consolida un año más como un acontecimiento social en la zona norte. El buen tiempo acompañó en una jornada espléndida para la localidad. Desde primera hora de la mañana largas colas de vehículos en los accesos al municipio confirmaban ayer lo que ya ha sido habitual en ediciones anteriores, una gran asistencia de público.

La muestra de artesanía y las exhibiciones ecuestres repitieron como centro de atención de todas las miradas, especialmente los caballos menorquines. El recinto dedicado a la artesanía, ubicado en el colegio Porta del Moll, dispuso de dos nuevas aulas para dar cabida a nuevos expositores.

Pese a que los visitantes disfrutaron con estas ya tradicionales propuestas, esta edición de la fira también incorporó importantes novedades. Los gigantes del Consell, situados frente a los del Ajuntament, daban la bienvenida a un evento que por primera vez se despidió a lo grande ya avanzada la tarde con un vistoso pasacalles.

Entre las novedades cabe destacar también la simulación de un parque infantil que sirvió como preámbulo al que se construirá en breve en la finca de sa Pilota.

La banda de música amenizó la llegada de las autoridades procedentes de los distintos pueblos de las Islas. Entre ellas se contaban, además del alcalde, Antoni Alemany, y los concejales del Ajuntament; el conseller de Turisme del Govern balear, Celestí Alomar; el conseller de Medi Ambient del CIM, Miquel Àngel Borràs, y la directora general de Indústria, Francisca Vives, entre otros. Entre los alcaldes, no quiso faltar la de Pollença, Francisca Ramón, habitual de esta fira.