Los vecinos quieren la remodelación de Son Bonet, pero no el aumento del tráfico.

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Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) ha iniciado el expediente de expropiación forzosa de los terrenos del aeródromo de Son Bonet para impedir que los antiguos propietarios o sus herederos puedan ejercer el derecho de compra y que esta instalación aeroportuaria pueda seguir funcionando como tal. La expropiación forzosa afecta a 92 parcelas y los propietarios tienen 15 días para presentar alegaciones.

A raíz de una sentencia del Tribunal Supremo se declararon unos derechos de reversión sobre algunas fincas de Son Bonet, lo que significaba que los herederos de los antiguos propietarios tenían la posibilidad de ejercer un derecho de compra de los terrenos que en su día fueron expropiados a sus familias.

Tras largas negociaciones y una vez aprobado el Plan Director de Son Bonet, AENA adquirió algunos de los derechos de reversión y los que quedaban pendientes de adquisición, reconocidos en su día por el Ministerio de Defensa, se llevarán a cabo por vía de expropiación forzosa, ya que los interesados se han negado a negociar con Aena su compra venta. AENA ha defendido reiteradamente la necesidad estratégica de mantener la actividad en Son Bonet, lo que ha provocado no pocas críticas de los vecinos de los alrededores ante la posibilidad de que se incremente el tráfico aéreo.

De hecho, en el municipio se creó una Plataforma en Defensa de Son Bonet para manifestar su oposición a los planes del Ministerio de Fomento de desarrollar un plan director que prevé 44 vuelos por hora y 37.000 pasajeros al año. Mariano Izquierdo, presidente de la Federación de Vecinos de Marratxí, indicó ayer a este periódico que «la plataforma está de acuerdo con que se lleve a cabo una remodelación, pero manteniendo la misma capacidad de vuelo que hasta ahora». El impacto ambiental del crecimiento de Son Bonet afectaría a 35.000 vecinos de Marratxí y Palma y en un futuro a 60.000.