Durante la charla se expusieron los motivos por los que
apostaban por la gestión pública del agua, destacando que su
privatización encarecería su precio y que los beneficios no se
reinvertirian en la mejora de la red, sino que se considerarían
como beneficios de la empresa concesionaria. El candidato a la
Alcaldía de Muro por el PSOE criticó que la concesión, de cinco
años de duración, era una maniobra electoral del alcalde que
mantendría los precios hasta su posible elección o en caso
contrario la subida se produciría en la siguiente legislatura.
El alcalde de Muro, Miquel Ramis, en su turno, alegó que dicha
subida no se produciría y que los beneficios de la concesionaria
residirían en mantener el precio del metro cúbico, pero mejorando
la red. «Según el PSOE, yo digo medias verdades pero ellos dicen
mentiras», manifestó. En la contrarréplica se contestó que «si la
empresa justifica el aumento de precio, los ciudadanos deberán
pagar lo que la concesionaria diga», a lo que el alcalde respondió
saliendo de la sala, dejando su alegato a Onofre Plomer, el primer
teniente de alcalde, que retomó la argumentación tachando de
imparcial la mesa y asegurando que se les había invitado por
casualidad, por lo que les emplazaba a un nuevo debate, esta vez
dándole tiempo para prepararlo.
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