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M. BAUÇÀ/M. VÀZQUEZ
La dirección regional del PP quitó ayer importancia a la reacción del comité electoral de Sóller, que anteayer expresó su malestar ante la imposición desde Palma de Carlos Simarro como candidato a la Alcaldía en las elecciones de 2003, desestimando la opción de Bartomeu Pomar, propuesta por el comité solleric. Mabel Cabrer, secretaria insular del PP, dijo ayer a este periódico que Simarro «es la persona que reúne las mejores condiciones» para ser el candidato y que «el partido está por encima de las personas y ahora es el momento de pensar en el bien del PP».

En opinión de Cabrer, la opción de Simarro «es la mejor» porque en la oposición (en 1999 fue el «número 2» de la lista) ha hecho «un buen trabajo». La polémica arranca, según Cabrer, de las discrepancias que desde hace tiempo mantienen la junta local y el grupo municipal. En principio hubo dos precandidatos, Simarro (auspiciado por el grupo municipal) y Morell (impulsado por la junta), y ante la falta de acuerdo la dirección insular propuso que ambos ocuparan los dos primeros puestos, pero Morell se retiró. Así las cosas, el comité local propuso la opción de Pomar, «que hasta el momento no se había manifestado».

A Cabrer no le gustado esta operación y dice que es el momento de unir esfuerzos: «Todos caben en el PP si pueden aportar algo positivo, pero han salido candidatos como churros y no nos ha gustado el comportamiento del comité de Sóller». El presidente del PP de Sóller, Francesc Cañellas, expresó ayer su voluntad de seguir trabajando para el partido y negó que tenga intenciones de dimitir. «Si no me quieren, que me echen», concluyó.