La excavación de la trinchera por la que discurrirá el nuevo cauce
del torrente de sa Cabana de Manacor, después de que el Ministerio
de Medio Ambiente haya finalizado las obras de desvio y
encauzamiento, obliga a cortar y desviar el tráfico de dos
carreteras principales: la de Palma-Artà a la altura del hipódromo
y la carretera vieja de Sant Llorenç, una vía muy concurrida por
los conductores que vienen de los pueblos del Llevant hasta
Manacor.
Si bien se desconoce la fecha del desvío del tráfico en la
carretera vieja de Sant Llorenç, los vecinos de la zona ya han
expresado su rechazo al avance de las obras cerca de sus viviendas
y fincas. Esta negativa ya ha sido transmitida a los técnicos de la
empresa, Cavosa Obras y Proyectos SA. Este extremo fue confirmado
ayer por el alcalde de Manacor, Miquel Riera, quien recordó: «La
empresa tiene el deber de negociar con la dirección insular de
Carreteres y no con el Ajuntament, como mediador de los
vecinos».
Las obras impulsadas desde el Ministerio de Medio Ambiente
también afectarán de lleno a la circulación de la carretera de
Palma, justo ante el hipódromo. Según confirmaron fuentes próximas
a Carreteres, la empresa ya cuenta con el permiso de obras para
ocupar esta vía. «En el momento en que las obras del torrente
lleguen a la carretera, tenemos previsto el desvío de la
circulación hacia las vías laterales de servicios, con el fin de
facilitar la circulación de los conductores», destacó el
alcalde.
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