Asimismo, un agente aseguró a este periódico que los jóvenes que
acuden a estos establecimientos nocturnos son «gente sana y no
causan muchos problemas». De hecho, ha manifestado que «nunca se ha
producido ninguna pelea ni actuación que pueda considerarse un
delito grave».
Los principios fueron duros para los vecinos del lugar, que no
estaban acostumbrados a tanta juerga, sobre todo por la noche, y el
Ajuntament recogió un aluvión de denuncias contra el ruido que se
producía dentro y fuera de estos locales nocturnos. La Policía
Local de Petra ha informado a Ultima Hora que
«sobre todo al principio había muchas quejas vecinales por los
ruidos pero parece ser que ahora se han acostumbrado y
prácticamente no existen denuncias». Otra circunstancia es que los
locales han mejorado su insonización.
Al margen del ruido que provocan las numerosas personas que se
concentran en la calle y fuera de los establecimientos, en algunas
temporadas se han tenido que lamentar algunos altercados que, a
pesar de que no son muy graves, alteran la vida cotidiana. Fuentes
policiales aseguran que «en algunas épocas ha habido problemas
porque algunos gamberros se han dedicado a romper los cristales de
los coches y han sustraído las pertenencias de los propietarios de
los vehículos. Normalmente han sido robos de poca importancia: el
teléfono móvil, el cassette o equipo de música y todo lo que
encuentran en el coche que se puede sustraer. El problema es que
uno se asusta cuando ve su luna destrozada y además se enfada do
porque quien tiene que cargar con los gastos es el propietario
porque casi nunca se llega a saber quien ha sido el ladrón».
La Policía local de Petra está de guardia los fines de semana
para que, si se produce el caso, actuar de inmediato. No obstante,
quienes se encargan de tramitar las diligencias en caso de delito
suele ser la Guardia Civil de Vilafranca, por lo que suele ser
habitual ver a alguna pareja de la Benemérita rondar por la
zona.
La instalación de las cámaras de vigilancia servirán sobre todo
para identificar a aquellas personas que hayan podido alterar la
seguridad de la zona. No hay que obviar que en estos lugares la
presión humana es muy fuerte, el consumo de alcohol es evidente y
no se descarta que pueda haber consumo de drogas sintéticas o de
diseño, que en grandes cantidades pueden alienar la personalidad de
los consumidores.
Aunque las fuentes consultadas aseguran que este tipo de casos
no se han producido en los tres años en que los establecimientos
nocturnos abrieron, cabe poner las medidas oportunas para prevenir
o evitar este tipo de conflictos o delitos mayores de los
producidos hasta el momento.
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