Seis horas más tarde de lo previsto, sobre las 17.00 horas,
comenzaron ayer las tareas de colocación de las vigas del nuevo
puente elevado del tren en la carretera Palma-Cala Rajada a la
altura del cruce de Petra. Fue una operación muy aparatosa que
provocó algunas retenciones y incluso se tuvo que cortar el tráfico
en el momento en que los camiones descargaban.
Los caminos transportaron cuatro vigas de 25 metros de longitud
con un peso cada una de 65 toneladas. Estas sostendrán este paso
elevado en la confluencia de la carretera de Manacor con la de
Petra. El paso dispone de dos aberturas inferiores por donde
circulará el ferrocarril y la vía de la carretera Petra-Manacor; y
un paso elevado para la carretera de Palma. Para la colocación fue
necesaria la utilización de dos grúas de 200 toneladas cada una.
Una de ellas operaba desde abajo del puente y la otra desde arriba.
La operación movilizó a muchos trabajadores y levantó la curiosidad
de los conductores.
Las tareas estaba previsto que empezaran sobre las once de la
mañana pero el barco que trasportaba el material se retrasó.
Además, al llegar la Guardia Civil impidió que salieran mientras no
cesara de llover. Por eso, ayer no sabían si se podían terminar la
colocación de todas las vigas. Se colocaron dos vigas en cada una
de las aberturas de la estructura. Cada par de vigas se instalaban
desde los extremos del puente hasta la la pilastra central.
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