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El Ajuntament de ses Salines entregó ayer a la Demarcación de Costas de Balears, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, un informe del arquitecto municipal que alerta sobre las deficiencias detectadas en la construcción del paseo marítimo de la Colònia de Sant Jordi, actualmente en obras.

Todas las irregularidades han sido provocadas «por la rapidez con que se están ejecutando las obras», explicó el primer teniente de alcalde del Ajuntament de ses Salines, Antoni Caldentey, quien añadió: «Esto nos preocupa especialmente y avisamos a Costas porque si el paseo no se hace según lo previsto no recepcionaremos las obras, ya que si tenemos que mantenerlo, el paseo tiene que ser de calidad».

Los defectos a los que alude el informe municipal han sido detectados en la primera fase del proyecto que construye la empresa Llull Sastre y hacen referencia a una excesiva separación y rehundido de las juntas, desnivel entre piedras continuas, la inexistencia de juntas de dilatación, la colocación de piedras de tres centímetros de espesor cuando debían ser de seis y que el espesor de las soleras de hormigón es inferior a los 15 centímetros previstos.

Ayer se celebró una reunión de seguimiento en Palma, en la que participaron el jefe de la Demarcación de Costas en Balears, Fernando Garrido; un técnico del Govern, los representantes de los partidos políticos de ses Salines y las plataformas a favor y en contra del paseo. El portavoz del PSOE, Antoni Perelló, pidió una solución a dos puntos aún de propiedad privada por los que pasará el paseo. Desde Costas dicen que exigirán a la constructora que cumpla el contrato.