El propietario indicó que se vertió tierra proveniente de una
obra en el Port de Pollença para tapar los escombros que se
encontraban en su finca, situada al borde de s'Albufera, con la
única intención de mejorar la vista del lugar. «No pretendía dar
ningún uso a esa parcela, es cierto que quería plantar olivos pero
no allí. No sabía que se tratara de una zona ANEI, ya estaba llena
de escombros antes de que echáramos la tierra de unos de unos
cuatro o cinco camiones y no ocupó la zona húmeda», comentó el
acusado. A la pregunta del fiscal de si ordenó tapar la acequia
principal del lugar, el acusado dijo: «La finca me costó unos doce
millones de pesetas y he invertido cinco más para limpiar las
acequias, de haberlo ordenado yo sería el mayor perjudicado».
El fiscal de Medio Ambiente, Adrián Salazar, solicita cinco años
de prisión y una indemnización de 30.000 euros. Los hechos se
remontan al año 1997 en la finca de Cas Biscaí, donde según el
escrito de acusación el denunciado vertió escombros en una
superficie de 2.025 metros cuadrados. El terreno es un Àrea Natural
de Especial Interés (ANEI) y una Zona de Especial Protección para
las Aves (ZEPA).
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