El último pleno ordinario de la legislatura en el Ajuntament de
Calvià, celebrado ayer, fue un ejemplo de crispación y
descalificaciones, en parte motivados por el malestar que causó en
el equipo de gobierno socialista la suspensión de la macrofiesta
del Passeig Calvià, decidida por la Junta Electoral Provincial de
Balears a instancias de una denuncia del PP y Alternativa Calvià.
El PSOE impidió debatir una moción de urgencia de UM para reprobar
a la alcaldesa, Margarita Nájera, a quien el concejal Isidre
Canyelles acusó de cometer «el mayor despropósito de la
legislatura» al pretender gastar 550.000 euros en la fiesta del
Passeig Calvià.
En cambio, el grupo socialista sacó adelante otra moción de
urgencia, ésta suya, para instar al Govern a que saque adelante el
convenio para adjudicar una nueva línea de transporte entre Palma,
Calvià y Andratx. De este modo, se contestaba al acuerdo plenario
del Ajuntament de Palma, que a instancias de UM, con el apoyo de PP
y PSM, decidió solicitar la paralización del concurso tras detectar
supuestas ilegalidades.
El concejal socialista Antoni Manchado calificó a los tres
partidos que recurrieron el convenio de «el trío de la manteca» y a
Cort de provocar «una injerencia aberrante» en el transporte
público de Calvià. Por su parte, Isidre Canyelles, portavoz de UM,
acusó al PSOE de Calvià de haber sido incapaz de solventar el
problema del transporte público en 20 años de gobierno. «Este es el
fracaso más estrepitoso del equipo de gobierno en la legislatura»,
concluyó Canyelles.
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