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Unas 2.000 personas asistieron ayer a la Diada del Enfermo en Lluc que desde hace 22 años viene organizando la Iglesia de Mallorca con el fin de animar a todos aquellos que padecen por la falta de salud.

Cerca de una veintena de autocares venidos de diferentes parroquias y residencias de la Isla llegaron a Lluc a partir de las diez de la mañana cargados de enfermos que asistieron a la celebración acompañados de familiares, profesionales de la medicina y voluntarios.

A diferencia de otros años, en los que el recientemente fallecido obispo Teodor Úbeda presidía la eucaristía, ayer lo hizo el administrador diocesano, Andreu Genovart, que tuvo unas palabras de recuerdo para él: «Era tradición que el obispo presidiese esta eucaristía, ahora no lo tenemos entre nosotros pero podéis estar bien seguros que desde el cielo nos ayuda y hoy quiero recordarlo agradecido y lleno de coraje».