Una vez en el lugar, los agentes especiales se sumergieron con
el objetivo de detectar el artefacto, realizar fotografías,
comprobar si la carga está activada, el peso de la bomba y el
peligro que puede suponer. El siguiente paso será la elaboración de
un informe que la Guardia Civil trasladará a la Armada del Ejército
Español que, en estos casos, es el estamento encargado y autorizado
de retirar las bombas procedentes de la Guerra Civil.
Según ha podido saber este periódico, desde hace unos años, se
han localizado en la Isla unos quince artefactos de este tipo
concretamente entre la zona de ses Salines en el Migjorn y hasta
más allá del Llevant. En todos los casos, los informes realizados
han demostrado que estas bombas no suponen ningún peligro puesto
que se encuentra en zonas poco concurridas como acantilados. De
todas las bombas encontradas, existe una que está a 32 metros de
profundidad mientras otra está sólo a un metro pero «entre
rocas».
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