Antoni Arbona y Carlos Simarro estrechan su mano tras pactar el gobierno en Sóller. Foto: MARÍA VÁZQUEZ

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M.VÀZQUEZ/J.ROSSELLÓ/M.B.
Anteayer se dieron a conocer los acuerdos puntuales de PP y UM para gobernar juntos en Sineu y en Banyalbufar, en este caso con el apoyo de los independientes del Port d'es Canonge. Ayer tocó el turno de Fornalutx y Sóller, donde Joan Albertí y Carlos Simarro, ambos populares, presidirán sus respectivos consistorios durante toda la legislatura con el apoyo de los nacionalistas. Hoy o mañana tocará el turno de Calvià casi con toda probabilidad.

En Calvià, ayer fue un día de intensos contactos entre PSOE y UM, de un lado, y entre PP y UM, del otro. Anteriormente, el candidato nacionalista, Isidre Cañellas, ya había mantenido un contacto reconciliador con su colega popular, Carlos Delgado, quien había dado portazo a las negociaciones el pasado viernes. Tras recibir los «consejos» de al dirección regional del partido, Delgado recondujo las negociaciones y se da por hecho que hay un principio de acuerdo. Este acuerdo prevé que la Alcaldía será los cuatro años para el PP y que UM ostentará las tenencias de alcaldía primera y cuarta. «Carlos Delgado no va a ceder la Alcaldía, eso es seguro», indicó un portavoz autorizado del PP.

Isidre Cañellas y Joan Thomàs serán los responsables de las áreas de Hacienda, Comercio y alguna más, y serán los concejales de zona de es Capdellà, Calvià y Peguera. Es decir, UM quiere controlar el 25% de la gestión. Los flecos se centran en el papel a desarrollar por UM en la empresa pública Calvià 2000, el patronato de escoletes, el Ifoc y la residencia de mayores, sociedades todas ellas ya ofrecidas por el PSOE. Los flecos también afectan al margen de maniobra de UM para contratar cargos de confianza. Los nacionalistas exigen un mínimo de cinco personas en puestos estratégicos de los departamentos de Urbanismo, Hacienda, Comunicación y Contratación para llevar un control estricto de la gestión diaria.