Si nos paseamos por el pueblo de Ariany vemos un fuerte
contraste en cuanto a población. La más abundante es la gente mayor
de 65 años que asegura que le gusta el pueblo y que no lo cambiaría
por ningún otro; están plenamente satisfechos de todo lo que
disponen. A los jóvenes también les gusta el pueblo, pero
realizarían algunos cambios si por ellos fuera. En Ariany, muchas
familias viven en Palma durante la semana y los fines de semana, se
trasladan a Ariany.
La falta de espacios para los jóvenes es la crítica más
frecuente. Catalina Rigo, de 17 años y nacida en Ariany, dice: «Me
gusta Ariany por su tranquilidad, pero no sé si de mayor viviré
aquí». Los jóvenes del pueblo opinan que faltan actividades
dirigidas a la juventud en invierno y en verano, aunque durante los
meses de calor pueden disfrutar de las instalaciones municipales de
la piscina. También disponen de un campo de futbito y una pista de
tenis. Jaume Ramis, 26 años, que se encarga de la piscina y del
bar, asegura que «éste es el único espacio público para los
jóvenes, son necesarias más instalaciones deportivas»
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