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El arquitecto municipal, Joan Serra, informó en sus informes acerca de múltiples deficiencias en las obras de construcción del paseo marítimo de la Colònia de Sant Jordi, sobre todo en la primera fase que construye Llull Sastre. Estos informes fueron enviados al Ministerio por el anterior alcalde, Joan Burguera (PP), porque, según denunció entonces, Demarcación de Costas hizo caso omiso a los escritos del arquitecto. El ex batle anunció que si no se subsanaban las deficiencias el Ajuntament no recepcionaría las obras basándose en el costoso mantenimiento.

Sin embargo, fuentes autorizadas del Ministerio de Medio Ambiente han explicado que las obras del paseo se llevan a cabo «conforme a los parámetros técnicos legales y con total normalidad» después de que la dirección técnica haya «rebatido cada una» de las deficiencias señaladas.

En la misma línea, el actual alcalde, el también conservador Sebastià Vidal, ha explicado que en el proyecto «puede haber alguna tontería pero la gente está contenta. Es difícil que en una obra todo vaya bien al 100%. Los informes fueron iniciativa del anterior Consistorio. Cuando acaben las obras haremos otros».

Los defectos detectados aluden a un excesivo vacío y separación de las juntas, la existencia de desnivel entre piedras continuas o la inexistencia de juntas de dilatación, la colocación de piedras de tres centímetros de ancho cuando debían ser de seis y que el espesor de la base de hormigón es inferior a los 15 centímetros estipulados en el proyecto.