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MIQUEL BAUÇÀ/P.C.
Portals Vells está conformada por cuatro pequeñas calas, pero una de ellas, la conocida popularmente El Mago, debe su nombre al rodaje en 1967 de una película en esta pequeña playa a cuya fama también contribuyó el ser una de las primeras zonas de baño nudista de Mallorca.

En pleno primer boom turístico, Mallorca era un escenario habitual para el rodaje de películas españolas y extranjeras. Las primeras contribuían a promocionar un destino turístico para el consumo doméstico y las segundas encontraban paisajes vírgenes a escasas horas de vuelo de los centro de poder de Occidente.

Los exteriores del filme fueron rodados en 1967 en Portals Vells y con el nombre de «The Magus» fue estrenada un año después. Se trata de una producción británica de la Fox dirigida por Guy Green a partir de una novela del mismo nombre de John Fowles, autor también de «La mujer del teniente francés», quien no se mostró en absoluto satisfecho con la adaptación del guión: «Fue un desastre, desde la primera hasta la última línea».

La cinta fue interpretada por auténticas estrellas del cine. Anthony Quinn, Michael Caine, Candice Bergen y Ana Karina eran las luces más brillantes del reparto. La trama estaba hilvanada entorno al viaje de un profesor inglés que viaja a una isla griega, en la que mantiene una relación amorosa con una joven y un extraño juego mental con un mago local.

La película pasó con más pena que gloria por las pantallas de Estados Unidos, Gran Bretaña, Suecia, Finlandia, Italia (titulada «Gioco perverso») y México, donde se dio a conocer como «El dios fingido». En una entrevista, el cineasta neoyorquino Woody Allen aseguraba que de nacer otra vez repetiría su vida íntegramente y sólo haría un paréntesis para no ir a ver «The Magus». «El Mago» no llegó a ser distribuida en los cines españoles pero su legado, en forma de neotopónimo, quedó para siempre en el pedazo de litoral que acogió el rodaje.