En pleno primer boom turístico, Mallorca era un escenario
habitual para el rodaje de películas españolas y extranjeras. Las
primeras contribuían a promocionar un destino turístico para el
consumo doméstico y las segundas encontraban paisajes vírgenes a
escasas horas de vuelo de los centro de poder de Occidente.
Los exteriores del filme fueron rodados en 1967 en Portals Vells
y con el nombre de «The Magus» fue estrenada un año después. Se
trata de una producción británica de la Fox dirigida por Guy Green
a partir de una novela del mismo nombre de John Fowles, autor
también de «La mujer del teniente francés», quien no se mostró en
absoluto satisfecho con la adaptación del guión: «Fue un desastre,
desde la primera hasta la última línea».
La cinta fue interpretada por auténticas estrellas del cine.
Anthony Quinn, Michael Caine, Candice Bergen y Ana Karina eran las
luces más brillantes del reparto. La trama estaba hilvanada entorno
al viaje de un profesor inglés que viaja a una isla griega, en la
que mantiene una relación amorosa con una joven y un extraño juego
mental con un mago local.
La película pasó con más pena que gloria por las pantallas de
Estados Unidos, Gran Bretaña, Suecia, Finlandia, Italia (titulada
«Gioco perverso») y México, donde se dio a conocer como «El dios
fingido». En una entrevista, el cineasta neoyorquino Woody Allen
aseguraba que de nacer otra vez repetiría su vida íntegramente y
sólo haría un paréntesis para no ir a ver «The Magus». «El Mago» no
llegó a ser distribuida en los cines españoles pero su legado, en
forma de neotopónimo, quedó para siempre en el pedazo de litoral
que acogió el rodaje.
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