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Un conductor que circula a una velocidad media de 80 kilómetros por hora puede tardar en recorrer la carretera que une Alcúdia y sa Pobla (C-713) unos 15 minutos, pero si la vía está saturada por el tráfico, cosa habitual todo el año, el trayecto puede resultar interminable. Según datos del Consell de Mallorca, cada día circulan por este tramo 15.027 vehículos, 3.900 menos de los que soporta la vía que une sa Pobla con Inca y que el nuevo Govern prevé convertir en autopista.

Aunque el Consell considera que la intensidad de vehículos es muy elevada (teniendo en cuenta las condiciones de la infraestructura), se señala que la infraestructura de la C-713 es la adecuada para soportar tal intensidad de tráfico.

Un tramo considerado como punto negro es la rotonda de sa Pobla. Según datos de Dirección General de Tráfico, en 2002 se produjeron cuatro accidentes con cinco heridos y ningún muerto.

Además de este punto hay intersecciones y cambios de rasante que se convierten en un verdadero peligro a causa del exceso de velocidad de algunos vehículos. Una de las intersecciones más peligrosas es el cruce que se dirige a Pollença.

A pesar de todo, los técnicos consideran que el índice de probabilidad de sufrir un accidente en esta vía no es alto en comparación con otras vías.

Uno de los usuarios de esta vía, Gabriel Vadell, dice: «Esta carretera es peligrosa porque nos culpa a nosotros de provocar los accidentes por exceso de velocidad. Es especialmente conflictiva los fines de semana del verano».

Y es que se tiene que tener en cuenta que durante los veranos, además del tráfico de mercancías del Port d'Alcúdia, hay que añadir autocares y coches de alquiler.

En este sentido, el alcalde de Alcúdia, Miquel Ferrer explicó: «Creemos que lo prioritario es la mejora hasta sa Pobla y no somos partidarios de la prolongación de la autopista hasta Alcúdia».

El alcalde de Muro, Miquel Ramis, afirmó: «Es una actuación necesaria ya que nos encontramos con muchos atascos».